1 oct 2013

"No me he matriculado porque no podía pagarlo"


“No Mónica, al final no me he matriculado porque no he podido pagarlo”…con esa frase ponía fin a sus ganas de ingresar en la universidad una buena amiga.

Impotencia en su mirada, palabras que se entrecortaban incapaces de expresar toda la rabia que sentía, manos temblorosas de alguien que guarda una gran frustración en su interior, largos silencios de una persona que lo que desea es gritar y alzar su voz para denunciar una injusticia, cabeza baja de quien ve como le ha sido arrebatado su sueño… Una amiga que lo único que deseaba y quería era poder continuar su formación, estudiar, ir a la universidad…

Podría ser una realidad aislada, pero lamentablemente, como ella, son muchos los jóvenes a quienes las puertas de las universidades, las puertas para continuar su formación, se han cerrado por no poder hacer frente a las elevadas tasas.

Una subida de tasas que lejos de ir acompañada por un aumento de las ayudas, va acompañada por un fuerte recorte en becas. Unas becas que eran la llave imprescindible para que muchos jóvenes pudiesen continuar sus estudios, unas becas que, en un contexto económico tan adverso como el actual, eran el respiro de muchas familias. Unas tasas, las aprobadas por este gobierno, que castigan especialmente a las matrículas sucesivas que ven como el precio, ya de por sí elevado, va aumentando desproporcionadamente año tras año, y como en ocasiones, este “castigo” pone en riesgo el poder concluir los estudios iniciados. ¿Tan duramente hay que castigar a quien repite una asignatura? ¿Merece un castigo económico quien por circunstancias, a veces más que justificadas, se ha visto obligado a abandonar temporalmente una convocatoria? ¿O es que se debe castigar a quien no está en lo que ellos han hecho llamar “la excelencia”?

Desde luego, lo que está lejos de “la excelencia” es este gobierno. Un gobierno que pone en riesgo la igualdad de oportunidades. Un gobierno que lejos de apostar por la educación pública no hace más que poner trabas a los estudiantes. Un gobierno que parece entender la formación como una carrera de obstáculos en lugar de cómo una oportunidad y un derecho.

¿De verdad no había otras partidas en las que recortar o es qué eran conscientes de lo que querían hacer? Podemos llegar a pensar que realmente su objetivo era recortar en educación, y dadas algunas de las afirmaciones que dirigentes del Partido Popular han hecho públicamente, no tendría porque extrañarnos que su argumentario fuese: ¿Para que vamos a formar a jóvenes que no van a tener donde trabajar? ¿Gastamos los escasos recursos que tenemos para que una vez que tengamos “la generación mejor formada” la aprovechen otros países? ¿Hacemos que consigan un título para que adorne la pared del salón?... Unas dramáticas reflexiones, pero que podrían no estar muy alejadas del pensamiento de este Gobierno.



No podemos consentir que mermen la calidad de nuestra formación, nos cierren puertas o nos quieran condenar a la mediocridad. No podemos dejar que nos despojen de nuestro porvenir y resignarnos con el “no se puede”. Debemos continuar defendiendo nuestros derechos, luchar por nuestro futuro, no rendirnos y tener siempre presente que…SI SE PUEDE.

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