Los papeles de Bárcenas, la
contabilidad filtrada por anonymus, un sombra de sobresueldos sobre el
presidente y ministros, la supuesta financiación ilegal durante más de 20 años
del Partido Popular…llenan portadas y titulares de todos los periódicos.
Cada mañana amanecemos con un
nuevo escándalo y nos acostamos sin que nada haya ocurrido. Escándalos que
lejos de apuntar a una única persona parecen conformar todo un complejo
entramado supuestamente orquestado por una cúpula que ahora guarda silencio.
Una cúpula que lejos de dar la cara parece haber hecho un “pacto de silencio”,
una cúpula más preocupada en enviar un “argumentario de urgencia sobre los
papeles publicados por el mundo ”
que en esclarecer el caso, una cúpula que cancela sus actos y compromisos para
así evitar a la prensa…una cúpula que no solo son los dirigentes del Partido
Popular, sino que también son los responsables de dirigir actualmente nuestro
país.
Un partido, el PP, al que se le
están descubriendo a diario situaciones escandalosas, coches de lujo
semi-invisibles en el garaje, viajes de ensueño que, por arte de magia, no se
pagan, deslumbrantes iluminaciones de regalo de bodas o “sobres” viajeros en
cajas de puros…es un partido infectado por la corrupción, y como la sólida viga
de madera que sostiene la casa, acabará por caer y derrumbarse cuando los
agujeros de esa carcoma que los corroe sean, como son ahora, más que visibles y
hayan minado la solidez de la estructura.
La
contabilidad “B” del PP, esa que llaman presunta y que, con extremada lentitud,
ha dado con Bárcenas, por fin, en la cárcel, nos ha traído entretenidos en los
debates. Pero ha terminado por ser la propia contabilidad “A” la que ha
asombrado a todos completamente. Ofrecida su publicación en numerables
ocasiones por el que se autodenomina el partido más transparente, ha tenido que
ser “colgada” finalmente en la red por un hacker que “les ha tenido que
facilitar la tarea”. La prueba de que no había ninguna intención de compartirla
con nosotros es la alegre especificación de gastos “extraños” para un partido
político: kilos de Lacasitos, supongo que para dar de comer al “poni” que
también aparece en los gastos, aunque no así su pienso o paja con que
alimentarlo. Cantidades ingentes de sobres comprados, seguramente para ser
llenados con ingentes cantidades. Estos y otros ejemplos de gestión y la
alegría y tranquilidad con que gastaban y anotaban unos “dineros” que, ahora,
el juez terminará aclarando si su origen era legal o tenían dudosa procedencia.
De
una u otra manera, “A” o “B” o quizás de una combinación de ambas, es como
puede explicarse el aumento de patrimonio de todos los nombres que van
apareciendo en las listas que publican los periódicos. Cuando un servidor público
se enriquece exageradamente, es más que seguro que su moral se ha empobrecido
en la misma proporción.
Los
políticos que a diario toman decisiones que afectan a la vida de la gente, que
bajan el sueldo de funcionarios de los que depende nuestra salud, la educación
de nuestros hijos o el cuidado de los dependientes, que conjuran a todos en un
sacrificio por el país que ya toma tintes dramáticos, que son capaces de
cercenar derechos conseguidos a lo largo de muchos años, deberían sentir en su
mano que ese dinero indigno les quema al recogerlo porque les hace igualmente
indignos y porque les adormece la moral restringiendo sus opciones de elegir
porque… ¡Nada se da gratuitamente!
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